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59 la dejaron ir junto con la mujer que la había cuidado desde niña, el mayordomo y sus hombres. 60 Su familia la despidió con esta bendición:

«Querida hermana nuestra,
deseamos que llegues a tener
miles y miles de descendientes,
y que ellos lleguen a conquistar
las ciudades de sus enemigos».

61 Entonces se levantó Rebeca, junto con sus sirvientas, y montando en los camellos se fueron siguiendo al mayordomo. Así fue como él se llevó a Rebeca.

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